Una obra llena de simbolismo que, enfocada desde la nostalgia, excava en los sentimientos de las generaciones que nacieron entre mediados de los setenta y finales de los ochenta. Le llamábamos Bebeto es la última obra de Javi Rey (Un enemigo del pueblo). Sin duda, una obra firme candidata al Premio Nacional del Cómic del 2025. Poco a poco el cómic se está haciendo un hueco en las estanterías de un público selecto que busca lecturas de calidad. Y es que prácticamente cada página de este cómic es una obra de arte. El delicado dibujo y el color son puestos al servicio de una historia perfectamente hilvanada que engancha desde la primera página.
Sin destripar en demasía la línea argumental del cómic, la clave del éxito de Le llamábamos Bebeto reside en varios puntos. En primer lugar el costumbrismo, esa tendencia que tan buenas historias nos está dejando en formato cómic en los últimos años, teniendo por bandera a Paco Roca con obras como La casa. Pero sin olvidar a otras obras como Ronson de César Sebastián o Baños Pleamar de Isaac Sánchez. Con cierto tono humorístico, el cómic nos permite asomarnos al día a día de un niño de extrarradio en una ciudad como Barcelona en los años 80. Y ahí enlaza con otros autores que de forma inevitable nos recuerdan ese paso de la niñez a la edad adulta, como son Carlos Giménez o Jaime Martín.
Le llamábamos Bebeto
Otro punto clave del cómic, más allá del sentir nostálgico, es la forma en la que trata la relación entre los personajes. Una forma de narrar tan humana y real, que el lector empatiza y se ve reflejado desde la primera página, incluso aunque no comparta experiencias vitales. Cuando ambos componentes se mezclan dan como resultado que el lector no pueda separarse de las páginas.
Tampoco es novedoso ofrecernos el relato desde los ojos de un niño, lo que da mucho juego en el cómic. Los niños se fijan en detalles que los adultos pasan por alto. E interpretan los hechos de forma diferente a como lo harían sus mayores. Si a eso le sumamos la vida en el extrarradio barcelonés, en una ciudad industrial, pues aparecen numerosas situaciones que desbloquearán recuerdos que el lector creía olvidados.
Y por supuesto dos de los temas más recurrentes a lo largo de la obra: futbol y ciclismo. Con referencias a dos iconos de la época como Bebeto e Indurain. Sin que ninguno de ambos deportes sean el asunto principal del cómic, ambos se convierten en perfectos vehículos conductores del relato.
Es muy posible que nada en Le llamábamos Bebeto sea realmente novedoso. Pero la forma en la que Javi Rey narra hacen que estemos ante un cómic único y especial, con muchísima carga simbólica y lleno de emotividad. Capaz de emocionar al lector y de sentirse reconocido en el relato. Como decimos, el argumento del cómic en sí mismo es simple, pero la forma de narrarlo es realmente sorprendente. Por ello hemos intentado no desvelar realmente nada de la trama, para que el lector pueda disfrutar de la obra tal como está concebida.
- Le llamábamos Bebeto (On l´appelait Bebeto)
- Javi Rey
- Norma Editorial
- 2025
- 29,50€