No parece arriesgado afirmar que no existe combinación imposible. Buena muestra de ello lo tenemos en el cómic Monstruo de David Muñoz (Sordo) y Andrés G. Leiva. Ambos ya habían colaborado previamente en 15, una magnífica ventana al Madrid de 1938, en plena guerra civil. Entonces deleitaron al lector con una historia llena de contradicciones en la que un joven empeñado en vengar la muerte de su hermano falangista, se esconde en una vivienda tras acabar con la vida de dos milicianos. Y en esta ocasión ofrecen un relato sobre la España franquista, pero desde una panorámica poco común, utilizando para ello al monstruo de Frankenstein. De este modo, casi como de una segunda parte del clásico de Mary Shelley se tratase, el cómic hace una perfecta amalgama en la que una serie de seres desdichados y atormentados encuentran cobijo en una historia ambientada en los años del desarrollismo franquista.
Sin duda, como ya hemos advertido, una curiosa combinación. Con cierto aire pesimista, nos encontramos con un renovado monstruo de Frankestein dispuesto a dejar atrás su tormentoso pasado, y a volver a reencontrarse con las ganas de vivir. En esa coyuntura vital, llega al Madrid de los años sesenta, a un barrio obrero de casas modestas en el que conviven todo tipo de personajes. Y allí se reencuentra con su lado más humano, pero también con su vertiente salvaje. Y tendrá que luchar por contener sus instintos y su naturaleza violenta.
Monstruo
El cómic está perfectamente narrado, transmitiendo al lector la angustia y el tormento del monstruo. A través de flashbacks, ensoñaciones y de sus propios pensamientos, Frankenstein lucha por sacar a flote su lado más humano. Sin embargo, es su propia bondad y su intención de proteger a los indefensos lo que hace sacar sus instintos más primarios. La lucha ambivalente entre la ansiedad y la culpa, los instintos primarios y la razón. Seres atormentados, divididos, desorientados. Instintos freudianos e impulsos instintivos.
Respecto al dibujo, tal como señala el propio autor, nace de la búsqueda de un estilo que se acoplara bien a los años sesenta y reforzara el argumento. Utilizando para ello los grises y el trazo enérgico. Fruto de esta búsqueda Andrés G. Leiva recurre al uso de palillos de dientes y tinta china, dando un tono más opresivo a la historia.
El trabajo por parte de los autores es impecable. Y lo hace ambientando el cómic en un momento de la historia de España en el que empezaba a abrirse al exterior. Una España llena de contrastes y ambigüedades. Como el propio monstruo. Soberbio. Sin duda, una de las mejores historias del 2024.
- Monstruo
- Andrés G. Leiva (dibujo) y David Muñoz (guion)
- Astiberri
- 2024
- 25,00€