El nivel que está mostrando la editorial Cascaborra en el 2021 es realmente abrumador. Después de excelentes obras como Vóljov o El saqueo de Roma, ahora nos presentan Cajamarca; una obra sobre la conquista española del Perú. Un relato fascinante en el que dos culturas antagónicas se enfrentaron, militarmente y culturalmente. El imperio inca era el más extenso de todos los que habitaban en el continente americano. Sus dominios se extendían por los actuales Perú, Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina y Colombia. Más de 3 millones de kilómetros cuadrados. Sin embargo, cuando llegaron los españoles, se encontraron un imperio en descomposición, muy alejado del viejo esplendor de antaño.
En 1532, Pizarro y poco más de cien soldados, lograron derrotar, capturar y posteriormente ajusticiar a Atahualpa en Cajamarca. Una victoria que puso punto y final al imperio inca. El cómic que hoy nos ocupa narra precisamente estos hechos decisivos que cambiarían la historia del nuevo mundo.
El descubrimiento de América
Las expediciones de descubrimiento tuvieron desde 1482 una meta invariable y específica: alcanzar el Lejano Oriente y establecer entre este y Europa occidental un comercio marítimo directo. Portugueses y castellanos compitieron durante el siglo XV en la exploración del Atlántico central y de la costa oeste de África. En este contexto tuvo lugar el descubrimiento de América por parte de Castilla.
El 12 de octubre de 1492, la expedición de Colón llegó a una isla llamada por los nativos Guanahani; a la que nombró San Salvador, en el archipiélago de las Bahamas. Prosiguiendo el viaje por una serie de islas, entre ellas Cuba (Juana) y Haití (La Española). Colón, desde el primer momento creyó estar en tierras del Extremo Oriente (Las Indias); pero su error quedo pronto demostrado. Un gran obstáculo había aparecido en la ruta al Asia por Occidente: el Nuevo Mundo.
El oro era lo primero que buscaron los descubridores; pero no era tan abundante como se creyó al principio. Y el que estaba en posesión de los indios se agotó pronto. En un comienzo los nativos fueron violentamente presionados para que revelaran la procedencia del oro de sus adornos. Hubo que poner a trabajar a los indios por la fuerza, en condiciones lamentables.
Desde 1516, los colonos de Cuba fueron reuniendo recursos e información suficientes para utilizar la isla, una colonia hasta entonces poco productiva, como trampolín para la conquista de México. Supieron de un imperio lejano, rico y densamente poblado; presa tentadora para sus hasta entonces insatisfechas ambiciones. Se iniciaba así el contacto con la América continental.
Los conquistadores: de Santo Domingo a Cajamarca
Uno de los primeros conquistadores fue Vasco Núñez de Balboa. En Santo Domingo, obtuvo de los nativos, de grado y sin apenas violencia, grandes resultados. En 1513 Balboa exploró la zona y atravesó el istmo de Panamá. Descubrió así el Mar del Sur u Océano Pacífico y sentó las bases de una colonia de conquista; donde los castellanos empezaron a vivir como minoría militar dominante y parásita. Murió asesinado por sus propios hombres en 1519.
El segundo gran líder surgido en la frontera se llamó Hernán Cortés. A diferencia de Balboa, jugó astutamente sin mostrar las cartas. Entre los años 1519 y 1522, Cortés conquistó por su cuenta los territorios de la Confederación Azteca. Y gracias a su astucia, consiguió ser nombrado gobernador y capitán general. Se había creado una mitología aceptada por todos: un hombre de baja extracción social podía obtener prestigio, gloria, dinero, poder y hasta nobleza.
Cajamarca, el cómic
El tercero de los grandes conquistadores fue Francisco Pizarro, que emprendió la conquista del Perú y descubrió el Océano Pacífico. El conquistador, nacido en la ciudad extremeña de Trujillo, atravesó desde Panamá el país de los incas hasta tomar la capital, Cuzco, donde obtuvo un botín que hizo palidecer todos los anteriores.
Muy pronto, este núcleo colonizador inició la expansión. Hacia el norte, conquistó Quito; y desde allí emprendieron exploraciones hacia el este y el sur.
El cómic Cajamarca narra de forma magistral cómo Francisco Pizarro penetró en el corazón del imperio inca para enfrentarse con Atahualpa, recién nombrado sapa inca. (Aunque muchos historiadores dudan de esto último). En Cajamarca asistimos al enfrentamiento de dos culturas antagónicas, en donde se confrontan religión, lengua, costumbres y poder militar. Dos civilizaciones diferentes, ambas en distintos estadios de progreso, se enfrentaron militarmente, pero también culturalmente.
El resultado es un cómic redondo, con guion de Santi Selvi y dibujo de Luis Morocho, que conducen al lector hacia un relato mágico, visualmente muy atractivo. Cajamarca tiene violencia, ambición, estrategia y acción. Un cómic que nos introduce en el fascinante mundo de la conquista española de América; y que lo hace magistralmente sin eludir la consabida leyenda negra que pesa sobre la conquista.
Las causas que explican la conquista
Cajamarca también es un cómic que invita a reflexionar. Resulta absurdo a primera vista el hecho de que las civilizaciones indígenas más desarrolladas fuesen total y rápidamente vencidas, ya que disponían de grandes ejércitos profesionales y de vastos recursos para defenderse, sobre todo en el caso de los aztecas y los incas. Los castellanos, en bandas casi nunca mayores de pocos cientos de hombres, luchando en terrenos que conocían menos que sus adversarios, lejos de su país y siempre escasos de capital y armamento, fueron, no obstante, los vencedores. Razón muy importante fue la superioridad tecnológica de los europeos. Sólo les fue posible ofrecer una resistencia eficaz cuando dispusieron de tiempo suficiente y oportunidades para conseguir del enemigo sus armas y copiar sus técnicas militares. Todos estos puntos son fácilmente identificables en Cajamarca.
Diferencias culturales dieron también considerable ventaja a los invasores. Los castellanos practicaron una guerra rápida y total, que no admitía otro desenlace que el de victoria completa o muerte. También la religión ejerció una influencia decisiva en las actitudes psicológicas de ambos bandos. Los castellanos poseían una religiosidad militante y agresiva de cruzados, en contraste con la resultante actitud optimista y esperanzada de los invasores.
Sin embargo, el más importante y decisivo instrumento de la conquista fueron los mismos aborígenes. Los castellanos reclutaron con facilidad entre ellos a guías, intérpretes, informantes, espías, leales consejeros y hasta muy eficaces aliados. Muchos indios consideraron preferible el gobierno de los invasores a la perpetuación de las elites gobernantes prehispánicas, muchas veces rapaces y opresoras. Sin la decisiva cooperación indígena, la conquista hubiera durado siglos en lugar de cortos años.
- Cajamarca
- Santi Selvi (guion); Luis Morocho Salazar (dibujo); Braulio Morocho Salazar (rotulación); Abraham García (prólogo)
- Cascaborra Ediciones
- 2021
- 16,00€
«En 1532, Pizarro y poco más de cien soldados, lograron derrotar, capturar y posteriormente AJUSTICIAR a Atahualpa»
Pésima descripción de los hechos. ¿Qué crimenes cometió Atahualpa? ¿Contra quiénes? ¿Contra sus propios súbditos o contra los españoles? Y no estoy diciendo que Atahualpa fue un santo pero… ¿De qué manera «ajusticiaron» los españoles a Atahualpa? Durante el juicio ¿los españoles le dieron un abogado defensor?
Se nota que no conoces la historia … O es eso, o tu orgullo español te hace decir tonterías
Por desgracia, los que sabemos algo de historia hemos estudiado multitud de casos en los que personas son ajusticiadas sin necesidad de cometer ningún crimen. Es posible que tú seas doctor en historia de América latina, y tu tesis verse sobre Atahualpa; o en cualquier caso, un entendido y conocedor de su biografía. En ambos casos estamos deseosos de que nos ilustres. En caso contrario, evita pulsar el botón enter la próxima vez que vayas a descalificar a alguien en esta web.
Repito: Atahualpa fue derrotado, capturado y ajusticiado. ¿Tú consideras que no fue un proceso justo? Perfecto, nadie ha dicho lo contrario. Pero los hechos son los hechos.