El cómic El hijo es un relato cruel y oscuro ambientado en la España de los años cuarenta. Matías, un joven boxeador analfabeto, regresa a su ciudad natal en búsqueda de sus padres, sin saber que estos han desaparecido. Pronto descubre su padre está muerto; y que tras perder todo su dinero jugando a las cartas, ofreció a su madre como pago. Posteriormente, su madre terminó en un psiquiátrico en los Pirineos. Matías no se lo piensa y acude en su búsqueda. Pero cuando llega ya es demasiado tarde. Su madre se ha escapado junto a otros internos, y ha sembrado el pánico en el pueblo. Matías tratará a toda costa de dar con su madre antes de que los pueblerinos la maten.
El hijo es por lo tanto un relato de búsqueda desesperada en medio de un contexto decadente, de pobreza, miseria y locura. La España más trágica, en el contexto más duro, la España rural de la inmediata posguerra.
El hijo
El dibujo de Tyto Alba (Whitman) es impresionante, adaptándose en todo momento al guion de Mario Torrecillas. La obra aborda el estado de locura tras el fin de la guerra civil. El bosque, la niebla y la enfermedad mental giran en torno a los personajes. Y el dibujo grotesco se adapta perfectamente a la historia que vamos leyendo, ayudándonos a meternos en ella; a sentirla.
El hambre, la pobreza, la prostitución. En El hijo vemos en definitiva la decadencia de la sociedad, propia de la posguerra española. La escena en la que se llevan a la madre de Mario después de que su marido se la apostase, es realmente cruda. O las escenas dentro del manicomio de Cantallops, en donde Tyto Alba consigue transmitir el estado de locura a través de las caras de los enfermos.
El cómic sirve además para introducir algunos conceptos históricos de amplio calado, como la invención de la metadona como uso medicinal; o las técnicas de la psiquiatría moderna, a través del personaje de Ángela.
La ventaja que tiene vivir entre locos es que puedes hablar de cosas por las que te matarían en el mundo de los cuerdos.
Terror psicológico
El hijo es sobre todo un cómic psicológico, que consigue transmitir a través de su dibujo el estado de locura, perversión, miedo y terror. Desde el padre muerto al que solo puede ver Mario. O el sastre de Franco, que representa la perversión de la sociedad española. Pero también es una obra que profundiza en los sentimientos más bajos de la sociedad: la venganza, el daño o el maltrato. Un cómic que habla de redención. El hijo es una metáfora perfecta de la época. Su lectura no te da cuartel, llegando a ser asfixiante en algunos puntos. Y cada uno de los personajes cumple de manera perfecta su rol. Mención especial al personaje de Ángela, por la fuerza que desprende.
- El hijo
- Mario Torresillas (guion) y Tyto Alba (dibujo)
- Glenat
- 2009
- 24,00€