Un cómic con una premisa a priori muy interesante: arqueólogos, trabajo de campo y viajes en el tiempo. Un grupo de arqueólogos está trabajando en el valle de las pirámides; y en una excavación en los alrededores de la esfinge descubren la momia de un príncipe egipcio. Pero la momia tiene una peculiaridad: no fue embalsamada, sino que fue sometida a un proceso de criogenización. ¡En pleno periodo antiguo! Tras la sorpresa inicial, y gracias a la ayuda de un reputado grupo de científicos, logran revivir al príncipe egipcio. Y de ahí el título de esta aventura de Timoteo O. Wang, La estatua viviente.
Tras devolverle a la vida, y tras el shock inicial de verse en una época diferente, los científicos lograrán devolverle a su tiempo. A partir de aquí se sucederán una serie de situaciones en donde se van entrometiendo diferentes gags que sirven para introducir algunos conceptos muy interesantes. Algunos de ellos explicados con notas a pie de página, como el hecho de que los egipcios no solían usar puertas de madera con lo que para llamar a las casas hacían todo tipo de ruidos.
Timoteo O. Wang, La estatua viviente
Los autores se apoyan en el cómic para explicar conceptos como hipogeo o mastaba. Juegan con términos actuales como la criogenización en contraposición con la momificación egipcia. Vemos igualmente el trabajo de un arqueólogo; la importancia de los papiros; el expolio de los tesoros; los desfases del calendario egipcio en relación a las crecidas del Nilo; los conflictos entre nobleza y realeza; procesiones funerarias; ceremonias de enterramiento; o conspiraciones en torno al faraón.
También resulta interesante para trabajar los aspectos económicos del Antiguo Egipto; y cómo la vida de los egipcios dependía del Nilo. En su ribera cultivaban todo tipo de cereales, y también era importante la ganadería. Vemos el aspecto de sus ciudades, el entramado urbano, y por supuesto los desiertos.
En definitiva, Timoteo O. Wang. La estatua viviente no es un gran cómic; y tampoco tuvo continuidad con un segundo volumen, pero su lectura resulta muy interesante desde el punto de vista didáctico para trabajar el Antiguo Egipto.
- Timoteo O. Wang. La estatua viviente
- J. L. Berger y R. Quarré (guion); Luc Warnant (dibujo)
- Traducción: Ana Rodríguez
- Ediciones B – Grupo 7
- 1990
- 16,00€