Raoul Cauvin, fallecido en el 2021, fue un guionista belga que hizo toda su carrera en la editorial Dupuis. Con más de 45 millones de copias vendidas de todos sus álbumes, destacan sin duda Casacas Azules y su etapa de Spirou y Fantasio junto a Nic Broca. Más de cincuenta años dedicados en cuerpo y alma a la editorial, destacando especialmente sus gags de humor. La obra Pobre Lampil es una obra atípica y singular creada en 1974 por el propio Cauvin y dibujada por Willy Lambil. Se puede considerar una serie autobiográfica ya que caricaturiza de forma exagerada la vida del propio dibujante. E incluso el título de la obra, Pobre Lampil, hace un evidente guiño hacia Will Lambil.
Pobre Lampil
Lampil es un dibujante vulgar, infeliz, inseguro y de dudoso talento. Vive atrapado en un matrimonio que le ofrece pocas satisfacciones; y se siente totalmente incomprendido por su esposa e hijo. Y por si fuera poco, discute con su socio guionista Raoul Cauvin, tiene un enorme complejo de inferioridad hacia el resto de sus compañeros, y entabla discusiones frecuentes con el carnicero o el farmacéutico. Un dibujante infeliz y desdichado que no se siente valorado ni en casa ni en el trabajo; y que suele terminar muchas de sus historias con un resignado «no puedes comprenderlo», como lógica muestra de la incomprensión que siente el personaje.
Y aunque la serie nunca terminó de arrancar , con esta premisa se publicaron 7 álbumes entre 1970 y 1990. Una cifra nada despreciable, que ahora la editorial Dolmen publica en dos magníficos tomos integrales con jugosos e interesantes extras; como nos tienen acostumbrados.
La primera de las historias, La entrevista, surgió de un caso real. Un personaje que los propios autores prefieren dejar en el anonimato, y que quedó en ridículo en una entrevista radiofónica. Esta anécdota sirvió a Cauvin y Lampil para dar forma a su Pobre Lampil.
Pobre Lampil, entre la ficción y la realidad
Más allá del protagonista, merece una mención especial los secundarios de la serie. Especialmente su mujer, que nunca termina de comprender los problemas de su marido; y que emplea un humor ácido y sarcástico para ridiculizarle. También aparece el señor Dupuis, dando pie a situaciones humillantes y de resignación. Y por supuesto el propio Raoul Cauvin, siempre discutiendo con su dibujante, con el que al mismo tiempo comparte una estrecha amistad.
En el segundo integral tenemos una historia fabulosa, El sembrador de cizaña, sobre la rivalidad guionista-dibujante. ¿Cuál de las dos es más imprescindibles en el proceso de creación? Una excelente reflexión acerca de un debate que siempre vuelve.
La vida cotidiana de un dibujante de cómics
Sin duda, uno de los grandes alicientes de leer Pobre Lampil es la ironía y el sarcasmo que desprenden cada uno de los capítulos en torno al difícil mundo del dibujante de cómics. Situaciones en las que suele quedar en ridículo, ya sea por su valor artístico como dibujante, o por sus propios achaques de salud. A través de bromas hilarantes, los autores nos introducen poco a poco en un universo lleno de matices y situaciones ficticias, pero muy reales.
Exageradas e hiperbólicas, pero muy cercanas a la dura profesión del dibujante de cómics. Como los «dibujitos» que se le piden a los dibujantes en los salones. O el día a día de un matrimonio con un guionista frustrado que nunca está satisfecho de su propio trabajo, y que tiene complejo de inferioridad. Estamos ante una historia muy extravagante que no puede faltar en la librería de los amantes de la bande desinée. El retrato de la vida cotidiana de un artesano de cómics.
El fin de la serie
El último álbum de Pobre Lampil apareció en 1995, aunque siguieron apareciendo aventuras esporádicas en la revista Spirou. En el segundo integral podemos disfrutar de estas páginas en los extras del volumen. Se cierra así una serie que fue creada a fuego lento, con un ritmo de 10-12 tiras al año, lo que daban para dos o tres páginas.
Las historias de un dibujante incansable, hipocondriaco, paranoico, teatrero y exagerado, frente a su esposa que representa el pragmatismo, la cordura y la moderación. Gags exagerados que te sacan una sonrisa fácilmente. Una serie que se concibió como un espacio para relajarse por parte de los propios autores, y que resultó un fracaso de ventas. Pese a ello, Pobre Lampil acabó dejando huella entre los lectores.
- Pobre Lampil (Pauvre Lampil)
- Willy Lambil (dibujo); Raoul Cauvin (guion); Thierry Martens y Christian Marmonnier (texto de los extras)
- Traducción: Alfons Moliné (para los extras y el segundo volumen, Juancho Ferrús)
- Dolmen
- 2021 (Integral vol. 1 y 2)
- 29,95€