Ramón María del Valle-Inclán es una de las figuras clave de la literatura contemporánea española. Dramaturgo, poeta, articulista, novelista, ensayista y periodista. Su producción fue amplia y abarcó diferentes registros, pero sobre todo destacó por su vida bohemia en el Madrid de principios del siglo XX, y por ser el «inventor» del esperpento. Sin duda su vida y obra son dignas merecedoras de ser llevadas al cine, a la literatura, y por supuesto, al cómic. Y estamos de enhorabuena puesto que la editorial Cascaborra acaba de publicar Valle-Inclán. Los años del esperpento en su colección de Biografías en Viñetas. Una obra guionizada por Manuel López Poy, y dibujada por Kepa de Orbe. Desde aquí nuestra más sincera admiración por haber logrado captar en las páginas del cómic, buena parte del carácter excéntrico de Valle-Inclán.
Valle-Inclán. Los años del esperpento, el cómic
Las primeras páginas del cómic presentan a Ramón María Valle-Inclán dando un paseo nocturno junto a una de sus amistades por el centro madrileño. Esta situación da pie a una serie de diálogos en los que se perfila buena parte de la esencia del cómic. Nos presenta a los miserables, a la España zafia y ruin, a la herencia del desastre del 98, la plebe, la España deforme, las tertulias, el ambiente bohemio. Una España que empezaba a levantar cabeza después del desastre colonial, pero cuya clase política, lejos de impulsar a España, le sumía más en el caos, con un sistema político que poco a poco se iba ahogando, y que pronto daría paso a una España nueva; levantada sobre los mismos cimientos de siempre. Ante esta situación, Valle-Inclán no se mostró impasible. La escena en la que se miran en los espejos deformantes es simplemente magnífica.
¿Acaso lo que para nosotros es la realidad, no es más que nuestra propia y particular percepción de lo que vemos en el espejo? ¿Y la forma en la que concebimos a Valle-Inclán no es más que otro espejo deformante proyectado por el propio autor en vida? Y es que lo cierto es que Valle-Inclán siempre alimentó la imagen deformada de su propio personaje; como si él mismo no fuese más que una creación de sí mismo. Esta extravagancia es precisamente la que se respira a lo largo de la lectura del cómic.
Su matrimonio con la joven actriz Josefina Blanco, las suntuosas fiestas a las que era invitado junto a la élite cultural del momento, su correspondencia con literatos de la talla de Rubén Darío, sus aventuras por tierras mexicanas en donde perdió el brazo, o los problemas políticos y sociales del momento.
El esperpento, la contradicción y la controversia
A lo largo de las páginas del cómic podemos ver la España decadente de principios del siglo XX, la conflictividad obrera en las grandes ciudades, el problema colonial, o la inoperancia política del sistema de la Restauración. Valle-Inclán siempre se mostró muy crítico con el sistema parlamentario, moviéndose como solo él podía, a caballo entre la modernidad y la tradición. Mostrando en su obra la imagen distorsionada de España que mostraban sus propias gafas. Fruto de sus fuertes convicciones abrazó el carlismo y mostró siempre un fuerte arraigo hacia la familia y el catolicismo. Algo que para muchos puede resultar contradictorio y controvertido, pero que Ramón María Valle-Inclán concibió con naturalidad.
Un cómic muy recomendable, que logra transmitir buena parte del carácter de un personaje convertido en leyenda, y cuya obra forma parte de la historia de la literatura española.
- Valle-Inclán
- Manuel López Poy (guion); Kepa de Orbe (dibujo)
- Cascaborra Ediciones
- Colección Biografías en Viñetas
- 2022
- 16,00€