Crónicas del viento es la primera y única aportación de Jiro Taniguchi (El almanaque de mi padre, El bosque milenario) al género de mangas de samuráis, con espectaculares combates y enfrentamientos. La ambientación histórica del cómic es excelente. Los ropajes, las espadas o los templos sagrados. Y todo ello narrado con fluidez y detallismo. Se trata de una obra de ambientación histórica, en la que se mencionan batallas que ocurrieron realmente y salen personajes que existieron de verdad. Pero utilizando la ficción. Realmente es una rareza en el autor, este tipo de temática. Pero la idea parte precisamente del deseo expreso de Taniguchi por realizar, al menos una vez, este tipo de proyectos.
Por su parte, el guionista Kan Furuyama es también historiador como demuestra a lo largo del tomo. Cómo ya hemos comentado, se trata de una historia de ficción basada en hechos históricos dentro de un marco de excesiva complejidad. Sobre todo para el lector occidental. Pero en todo momento se desprende la excelente documentación que hay detrás de la historia que se cuenta.
Y no podemos dejar de citar a la excelente labor desarrollada por Ivrea en la edición española. El traductor Agustín Gómez elabora igualmente unas guías para orientar al lector y ayudarle a comprender desde el punto de vista histórico, qué está leyendo y cual es su contexto.
Crónicas del viento
Crónicas del viento narra lo que sucedió en Japón doscientos años antes de la revolución meiji. Un movimiento bloqueado que trato de derrocar al shogunato.
La obra está ubicada en dos momentos históricos diferentes. Por un lado el desarrollo de los hechos ocurre en el periodo que conocemos como la Era Edo. Un periodo de guerras civiles dio paso a un sistema dominado por la familia Tokugawa tras la batalla de Sekigahara. Y que impuso la paz a través de la dominación y el control. Los Tokugawa sometieron igualmente al emperador cuyo poder se convirtió en residual. Un simple símbolo. El poder real recaía sobre el Shogun de la familia Tokugawa.
Para un lector occidental que se encuentre algo perdido, se podría asemejar a un sistema de vasallaje medieval europeo, en el que el verdadero poder recae sobre los señores feudales. Mientras que el poder del rey es meramente testimonial.
Y por otro lado la Era Meiji, en la que se restablece el poder imperial tras la revolución impulsada por los clanes de Choushuu y Satsuma. Una revolución que impulsó la occidentalización de Japón y la elevó a la categoría de otras grandes potencias. Tenemos grandes obras de otros autores que se ocupan igualmente de este periodo, como El árbol que da sombra. Pero en este caso, el cómic se supone que narra, desde esta época, hechos ocurridos en el pasado.
Los Yagyu
Los Yagyu eran grandes maestros de la espada puestos al servicio de los Tokugawa. Y el protagonista del cómic, Jubei, es precisamente uno de los Yagyu más conocidos de la historia de Japón. Reconocido por su parche en el ojo, fue instructor de los Shogun. Y a partir de los veinte años aproximadamente, se perdió todo registro histórico. De ahí que entre tanto dato fidedigno abunden muchos datos falsos, mitos y leyendas.
Esto, evidentemente, da mucho juego a los autores de Crónicas del viento, que montan todo un entramado conspiranoico en torno a unos documentos secretos, el emperador retirado Gominoo, el poder del shogunato Tokugawa y diferentes enfrentamientos entre ambos.
- Crónicas del Viento (Kaze no sho)
- Jiro Taniguchi (dibujo) y Kan Furuyama (guion)
- Apéndice histórico y aclaraciones de la traducción de Agustín Gómez Sanz
- Traducción: Agustín Gómez Sanz
- Asistencia en adaptación y corrección ortográfica: Luis Muñoz
- Retoque de onomatopeyas y rotulación: María Yepes e Irene G. Liceras
- Ivrea
- 2004 (primera edición japonesa de 1992)
- 8,50€