Durante el verano de 1929 en Cadaqués, Salvador Dalí pintó El juego lúgubre. Un cuadro en el que se exponen excrementos en primer plano, y que supuso la definitiva consagración del autor. El cuadro mostraba los elementos característicos de Dalí. Predominio de los colores fríos, fondos planos, asociación de elementos figurativos, distorsiones anatómicas, y una notable cantidad de elementos sexuales. Una obra que se encuadra claramente dentro de su estilo paranoico-onírico, y en el que una sucesión de imágenes múltiples se transforman en otras. Expuesta junto a El Gran Masturbador en París, se trata de una de las más representativas de su estilo surrealista.
El cómic de Paco Roca tiene el mismo título que el cuadro, El juego lúgubre; y se trata de la primera obra de Paco Roca. Con anterioridad había dibujado para Kiss Comix y El Víbora historias cortas. Y en el año 2000 dibujó GOG, junto al guionista Juan Miguel Aguilera. Pero su primer cómic en solitario llegó un año después con El juego lúgubre. Un relato biográfico en torno a la figura de Salvador Dalí, en donde mezcla el género suspense y terror, en un contexto histórico complicado previo al estallido de la guerra civil española.
La presente edición de Astiberri fue modificada por el propio autor respecto a la versión original. La primera edición (La Cúpula) era en blanco y negro. Años después fue editada por Dolmen en color. Y finalmente para esta edición se utiliza un bitono negro y rojo, con nueva rotulación, formato 17×24 y un nuevo epílogo que se suma al prólogo que ya existía en la primera edición.
El juego lúgubre, el cómic
El cómic, a caballo entre la realidad y el delirio del artista, nos muestra al genio creativo de Dalí (Salvador Deseo en el cómic). En 1936 el ambiente sociopolítico de España era tenso. Las huelgas y revueltas en Madrid, así como el rumor de una inminente guerra civil, provocaron que muchos de los intelectuales emigraran a sus ciudades de origen. Fue el caso, por ejemplo, de García Lorca, que se marchó a su natal Granada. Y lo fue también de Dalí, que se instaló en Cadaqués (Girona). Un pueblo pesquero tranquilo, en donde el excéntrico pintor se instalará junto a Gala.
La historia da comienzo con la contratación de Jonás Arquero como nuevo administrador de las propiedades de Salvador Dalí. Desde muy pronto descubre la hostilidad de las gentes de Cadaqués hacia el pintor. Y el halo de misterio que rodea al autor y a su solitaria casa en la playa. El cómic de Paco Roca está lleno de pequeños detalles que en principio pueden pasar desapercibidos para el lector; pero que posteriormente son explicados en el epílogo final.
La geometría laberíntica de la casa, concebida como si fuera un ser vivo. Las extrañas prácticas llevadas a cabo por Dalí para alcanzar efectos alucinógenos sin tomar drogas, como apretarse los ojos durante horas. Su rivalidad con André Bretón y los surrealistas. Los dos alemanes que se alojaron en su casa y que posteriormente se unieron en Marruecos a Franco. Las orgias sexuales. Y todas las extrañas prácticas llevadas a cabo por Dalí.
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Ficción o realidad
Todo ello da como resultado una obra tétrica, que muestra en buena medida hechos que no sucedieron tal como se relata en el cómic; pero que no deja de llenar un vacío existente acerca de lo que ocurrió en la casa junto al cementerio de Port Lligat. Cualquier cosa podría haber pasado en aquel paraje perdido, en los días previos al estallido de la guerra civil. Una historia que el propio Paco Roca ha reconocido que está influenciada por el Drácula de Bram Stoker. Mezcla de ficción y realidad en torno a uno de los pintores más paranoicos que ha dado la pintura española. Tanto es así que nadie se atreverá a decir que lo que relata Paco Roca no pudo ocurrir en la realidad.
El cómic El juego lúgubre nos sirve también para descubrir desde sus orígenes algunos de los rasgos propios del estilo de Paco Roca. La simplicidad del dibujo, aparente sencillez, la naturalidad en el diálogo, concepción clásica de la página, el delicado uso del color, y los temas con cierto comprometido social, de los que nunca rehúye. Sin duda, una obra imprescindible que se lee en un rato, y se disfruta durante largo tiempo. Un cómic injustamente olvidado que puede considerarse entre los mejores del autor.
- El juego lúgubre
- Paco Roca
- Astiberri
- 2012 (1ª edición 2001)
- 13,00€