El príncipe y la modista

Una historia clásica pero con un mensaje totalmente actualizado a los tiempos que corren. Sin prejuicios, El príncipe y la modista nos trae un relato de tolerancia, identidad y respeto. El príncipe Sebastián busca esposa, o al menos eso pretenden sus padres. Sin embargo, Sebastián tiene un secreto; por la noche le gusta ponerse vestidos de mujeres y pasearse con ellos por las fiestas parisinas sin ser reconocido. Es así como conoce a la joven costurera Frances, de origen humilde, que muy pronto se convertirá en su modista, su amiga y su confidente. Una parábola de Jen Wang muy bien llevada sobre la libertad, la familia, el amor y las decisiones personales, que harán las delicias de los lectores.

El arte de la ilustradora norteamericana Jen Wang está fuera de toda dudas. El príncipe y la modista es una historia que pese a tener un final ciertamente predecible, está muy bien llevada y cuenta con preciosas ilustraciones. Pero quizás el punto más interesante es que se trata de una novela para adolescentes, escrita y dibujada pensando en ellos. Sutil, irónica y con un mensaje que se transmite alto y claro, y sin estereotipos. Una historia que se debería leer en las escuelas e institutos.

El relato de la joven Frances y el príncipe Sebastián está lleno de aventuras y juegos de doble sentido. Un chico al que le gusta vestir como mujer podría parecer el inicio de un cuento predecible. Sin embargo, no estamos ante un relato con final feliz. Al menos no el que esperamos al empezar la lectura. Esta preciosa historia se disfruta desde la primera página y nos lleva a conocer a Lady Crystalia, alter ego del príncipe Sebastián. Este personaje será el hilo conductor de una historia que habla de autodescubrimiento y de diversidad; sobre todo de diversidad. Y es que más allá de los prejuicios y los encasillamientos prestablecidos por la sociedad, en el terreno de la sexualidad y el género existe todo un espectro diverso que raramente encuentra acomodo en las páginas de los comics.

No hace mucho pudimos leer Piel de hombre, muy en la línea de la obra de Jen Wang. Ambas obras abordan el tema de los secretos, del autodescubrimiento y de la sexualidad, pero siempre desde una perspectiva íntima, sutil y llena de belleza.