El Piano Oriental es una obra de Zena Abirached del año 2015. Autora libanesa que ha recibido numerosos premios de la crítica, y cuyas obras han cosechado muy buena acogida entre el público. Se trata de una de las dibujantes más relevantes del panorama internacional, con un estilo de dibujo muy particular. Su obra es un acercamiento entre Oriente y Occidente, de corte autobiográfico, en el que narra la historia de su bisabuelo Abdalah Chahine. Una obra en donde destaca la simbiosis entre la música y las viñetas. La música se convierte en parte del propio relato. No solo por el trasfondo de la historia en sí, sino por el propio estilo y las formas. Las viñetas, los diálogos, el fondo de las páginas. La historia de El piano oriental se conecta con la música, y el resultado es único.
El piano oriental
Beirut año 1959. Abdalah Kamanja (que representa a su bisabuelo Abdalah Chahine), fabricante de pianos, acaba de recibir una carta desde Viena. En la carta se le comunica que están interesados en su piano, y le invitan a viajar a Austria para una entrevista. Y allá que se marcha con su amigo Víctor, sastre de profesión. Para dar a conocer su gran invento, el piano oriental. Un piano al estilo occidental, pero capaz de tocar los cuartos de tono de las melodías orientales. O cómo el mismo Abdalah denomina a su obra, un «piano bilingüe».
En otro tiempo, Beirut, año 2004. Zanzoun, de 23 años, abandona su hogar. Su destino también es Europa, pero en este caso París. De pequeña su madre le narraba un cuento que luego ella misma leía cuando aprendió a leer por sí misma. Era el cuento de Abdalah y su piano.
En El piano oriental, ambas historias se van entrelazando. Por un lado, a lo largo de los capítulos Zanzoun nos cuenta su vida en la escuela. Sus clases de árabe y francés; y como dichas clases le permitieron crearse su primera imagen de Francia. Francia se convirtió así en un refugio para ella; frente al árabe que simbolizaba violencia, milicias, controles de carretera y malas noticias. Zanzoun nos habla igualmente de la guerra civil que asoló su país y lo dividió en dos durante quince años.
La dualidad oriente, occidente
También vemos a Zanzoun en Francia. Allí rápidamente tuvo que comprender la naturaleza del lenguaje coloquial y las diferencias culturales obvias. Un viaje que acabó labrándole su propia personalidad y que le supuso conseguir la nacionalidad francesa. Aunque quizás el gran reto fue enfrentarse a lo que otros consideran qué significa ser árabe o venir de Beirut. Una parte de la obra que nos recuerda irremediablemente a Persépolis.
Por otro lado, vemos a Abdalah siempre con su tarbush. El tarbush o fez es un tocado masculino que se extendió en el mundo árabe durante el siglo XIX. Una especie de sombrero de color carmesí, de forma cónica, y hecho a mano. Abdalah era capaz de hacer música con su tarbush dándole ligeros toques con su mano. Pero solo él era capaz de percibir la melodía. Y posteriormente interpretaba en su casa la misma melodía que había creado en el trayecto a pie; y que había memorizado. Toda una habilidad que le llevaba incluso a crear en su mente un mapa de la ciudad basado en la ubicación de sus melodías.
Ser un piano oriental es abrir una ventana en París.
Una obra que huye de los dramas, y que muestra el horror con humor y ternura. El piano oriental es una obra apta para todos los públicos, pero solo un público adulto sabrá apreciar cada detalle. Un relato para deleitarse con cada pagina. Con cada viñeta. Una novela gráfica en donde la imagen y la forma dicen casi tanto como las palabras.
- El Piano Oriental (Le piano oriental)
- Zeina Abirached (Traducción de María Otero Porta)
- Traducción: María Otero Porta
- Ediciones Salamandra
- 2016 (1ª edición, 2015)
- 28,00€