Pedro, Vilma, Pablo, Betty, Pebbles, Bam Bam y Dino. Con estos nombres no hay dudas de a qué nos referimos. Los Picapiedra. El clásico de Hanna-Barbera, actualizado al siglo XXI de la mano de Mark Russell y Steve Pugh. Una obra hilarante y tremendamente sarcástica que traemos a TBO en clase; y que aborda los problemas de nuestra sociedad actual. El cómic se publicó en los EEUU entre 2016 y 2017. Un total de doce números. Pero en España tuvimos que esperar hasta diciembre de 2019 para ver publicada la edición integral de la mano de ECC Ediciones.
La serie de animación original data del año 1960, sumando un total de 166 episodios. Y el cómic recoge la herencia recibida de dicha serie. La ambientación, los propios personajes, y algunos detalles como el hecho de que la mayoría de animales se quejasen del trabajo que estaban obligados a desempeñar, son algunos de los puntos en común. El escenario sigue siendo el mismo, Piedradura. Y aparte del elenco protagonista, también aparecen algunos de los secundarios propios de la serie de animación: el señor Rajuela, el extraterrestre Gazú o la mamá de Vilma. También muchas de las tramas de la serie son readaptadas al formato cómic. Y por supuesto, se sigue manteniendo el público al que va dirigido: la población adulta.
Sin embargo, los Picapiedra de Mark Russell es un cómic innovador y muy interesante, que analiza el presente y el pasado más inmediato de nuestra sociedad actual. Un planteamiento, que pese a no estar completamente desligado de la herencia recibida del clásico de la animación, le lleva a abordar asuntos realmente controvertidos.
La explotación laboral
Los asuntos que se abordan en la serie son numerosos. En buena medida, la historia de la serie gira en torno al trabajo de Pablo y Pedro en la cantera de Piedradura. Y por lo tanto, está muy presente en todo momento el asunto de los derechos laborales, y el abuso del poder empresarial.
El señor Rajuela es un jefe de dudosa moralidad y sin escrúpulos. Un empresario que solo busca sacar el máximo beneficio a su cantera. E incluso llega a anteponer su propio ocio a los derechos de los trabajadores.
Llamativas son, por ejemplo, la referencia a la explotación de los neanderthales, a los que trata como seres de segunda clase, en clara alusión a los inmigrantes. Y a los que denomina despectivamente, cromañones.
La cultura en los Picapiedra
Otro asunto muy presente es el ámbito cultural. En cada uno de los doce capítulos en los que se compone la serie, es fácil encontrar varias referencias a la cultura del siglo XX y XXI. Desde referencias a artistas contemporáneos como Andy Warhol, a ironizar sobre el propio valor de la escuela. Sin olvidarse de criticar la frivolidad de la televisión; la manipulación de los medios; o la música reggaeton, a la que acusa de machista y misógina.
El sexismo
No faltan tampoco críticas al sexismo dominante durante buena parte de la historia en lo que a las relaciones de pareja se refiere, así como en la sociedad en general. Aborda cuestiones de género, sexismo y el trabajo doméstico de hombres y mujeres. E incluso cuestiona la validez y el escaso pragmatismo de la institución del matrimonio. Un cómic que respira cierto aire feminista.
La religión
Obviamente no podía faltar un tema que guarda mucha relación con la aparición de las primeras sociedades prehistóricas, y que todavía hoy tiene tanta influencia sobre el devenir de los pueblos: la religión. En Los Picapiedra adoran al Dios Dimas. Y la institución que se funda es la Primera Iglesia de Dimas. Sin embargo, su pastor, lejos de ser una persona de férreos principios y moral intachable, resulta ser un personaje lleno de dudas, y rodeado de vicios. Es otro de los temas frecuentes a lo largo de los doce números de la serie.
Muy interesante es el capítulo en el que acaba poniendo precio a las indulgencias. Así, en los Picapiedra encontraremos constantes ataques a la inutilidad de la religión, y también al papel alienante que desempeñan tanto las religiones oficiales como las sectas.
La sociedad moderna
Otro de los asuntos ampliamente abordados en Los Picapiedra es la crítica a la sociedad moderna y al concepto de civilización. Así por ejemplo, se critica la práctica snob de convertir en un atractivo turístico determinados barrios degradados. Se critica el consumismo compulsivo que nos lleva a comprar cosas que no necesitamos, o que directamente no sabemos ni cómo se usan. Hay también espacio para abordar el turismo de borrachera tan frecuente entre nuestros jóvenes de hoy día.
La guerra y Los Picapiedra
Por último, desde el primer al último de los doce episodios que componen esta colección, hay referencias a una supuesta «guerra del paleolítico». La información sobre dicha guerra nos la van soltando poco a poco a lo largo de toda la serie. Nos habla de una guerra de ocupación de una civilización «inferior», por parte de una población superior. Y es un claro guiño a la guerra del Vietnam que entre 1955 y 1975 mantuvo ocupado a los EEUU, con un resultado ciertamente incierto. Nos habla de las mentiras de los gobiernos; de la manipulación de los medios de comunicación; y critica la política de alistamiento de los países, que engatusa a su población con buenas palabras, promesas vacías, e inculcando la idea del enemigo común.
En conclusión, Los Picapiedra es un cómic que hay que leer. Divertido, irónico y transgresor. Un cómic que desde TBO en clase recomendamos a todos aquellos que crecieron con los Picapiedra, y quieran tener un rato a medio camino entre la nostalgia y la frescura. Sin lugar a dudas, un cómic que podría estar en el listado de cómics para reglar. Solo nos queda decir, ¡YABADABADU!
- Los Picapiedra (The Flinsstones)
- Mark Russell (guión) y Steve Pugh (dibujo)
- Traducción: Guillermo Ruiz Carreras
- ECC
- 2018 (1ª edición, 2016)
- 30,50 €