Puta Guerra – Una obra maestra de TARDI

Tardi es con casi toda seguridad el artista que mejor ha sabido retratar el horror de la primera guerra mundial; y especialmente la vida en las trincheras entre 1914 y 1918. La Gran Guerra supuso un antes y un después en la concepción de la guerra; y modificó la concepción que Europa tenía de sí misma. ¡Puta Guerra! nos invita a recorrer las trincheras de Europa, y conocer de primera mano el terror y la atrocidad. Una obra sobrecogedora que ya incluimos en nuestro listado de cómics para regalar.

Jacques Tardi es hijo de militar. Aunque nació en 1946 en el sur de Francia, pasó sus primeros años en Alemania, y más tarde estudió en París. No fue hasta 1970 cuando empezó su carrera como historietista, y casi desde el principio empezó a ocuparse de la primera guerra mundial. Incluso le ofreció  una historia corta a Goscinny para incluir en la revista Pilote, que el creador de Astérix rechazó. Entre sus obras destacan Yo, René Tardi o La guerra de las trincheras. Y pese a todo, su historia más extensa es Las aventuras extraordinarias de Adèle Blanc-Sec, que nada tiene que ver con la primera guerra mundial.

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Junto a Tardi, en ¡Puta Guerra! colabora Jean-Pierre Verney como asesor histórico. Y es el autor del magnífico dossier sobre la primera guerra mundial que acompaña a la obra.

¡Puta Guerra!

En ¡Puta Guerra! Jacques Tardi hace un recorrido año tras año de la primera guerra mundial. El inicio de la novela tiene lugar en 1914, con la batalla del Marne, entre el 5 y el 12 de septiembre. Una batalla en la que los alemanes fueron derrotados, pero que supuso el inicio de la guerra de trincheras. Los alemanes, pese a sufrir su primera derrota, no fueron expulsados del territorio francés. Y se iniciaron así cuatro años de guerra de trincheras, que contrastan con el entusiasmo inicial. Aunque tampoco podemos olvidarnos de la guerra en el mar y de los enfrentamientos en el aire.

En este sentido, las primeras páginas de ¡Puta Guerra! ilustran magníficamente el sentimiento de euforia que acompañó a la movilización militar. Todas las naciones esperaban la guerra. Llevaban años preparándose. Pero en cualquier caso, el entusiasmo duró poco. Aquello que acababa de empezar iba para largo.

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La guerra de trincheras

A través de ¡Puta Guerra!, Tardi nos muestra el día a día de la guerra. Se trata de una obra profusamente documentada, en donde cada detalle ha sido estudiado minuciosamente. Un dibujo detallista, con su estética particular. El armamento, la vestimenta, los cascos, el vocabulario. Pero es la vida en las trincheras el principal recurso de la obra de Tardi. Nos muestra con una asombrosa capacidad la arquitectura de las trincheras y el día a día de sus habitantes; tanto en el bando alemán, como en el francés. Los hombres eran reducidos a carne y barro. El margen de maniobra era reducido. Todo parecía sacado de las profundidades del infierno.

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Obuses, reservistas, defensa de ciudades, gases tóxicos, carros de combate, zeppelines, lanzallamas. Cada cual atrincherado en su hoyo, la guerra no parecía tener fin entre galerías y alambradas. La gran guerra acabó convirtiéndose en el mayor cementerio que Europa había conocido hasta la fecha. Heridas, desgarros, reventones, perforaciones, trituraciones horribles, gritos, aullidos y agonía. Así era el frente europeo.

Un recurso didáctico excelente

A medio camino entre el cómic y el libro de historia, ¡Puta Guerra! ofrece una gran cantidad de elementos reseñables que pueden servirnos para nuestras clases de historia sobre la primera guerra mundial:

Más allá de la guerra de trincheras, es muy interesante, por ejemplo, cómo muestra el uso que hicieron las potencias occidentales de los habitantes de sus colonias. Ingleses y franceses no dudaron en mandar a indios y senegaleses, respectivamente, a la guerra.

También vemos elementos como la deserción, que fue duramente castigada. Y como muchos soldados se automutilaban para que su guerra terminase.

Vemos también las circunstancias que se tuvieron que dar para que las distintas potencias fueran entrando en la guerra, como Italia o los EEUU.

La aplicación de la industrialización a la ingeniería militar: camiones, cañones, motos, aeroplanos, lanzallamas… Una industrialización que no hizo sino acrecentar el poder destructivo del armamento.

Muy interesante también el papel de la mujer durante la guerra. Estaban las que trabajaban en el campo, y las que por un salario miserable lo hacían en las fábricas. Mano de obra abundante, rápida y fácil. Y cuando la guerra terminó, las mujeres abandonaron su trabajo para dejar sitio a los hombres que volvían de las trincheras. No tenían derecho a voto, solo les quedaba callarse, irse a casa y ponerse a fabricar niños. La guerra fue injusta con ellas.

Y por supuesto, las consecuencias de la guerra: mutilados, paralíticos, lisiados, un circo de los horrores. Y el hecho llamativo de que Alemania, pese a perder la guerra, no sufrió en sus carnes la batalla. Ninguna ciudad alemana fue víctima de la guerra.

  • ¡Puta guerra!
  • Título original: Putain de guerre!
  • Jacques Tardi y Jean-Pierre Verney (guión) y Jacques Tardi (dibujo)
  • Traducción: Enrique Sánchez Abulí
  • Norma
  • 2010 (1ª edición 2008-2009)
  • 20,00€

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