El sitio de Viena

En el siglo XVI los otomanos camparon a sus anchas por Europa central con Solimán el Magnífico a la cabeza. Uno de sus objetivos fue la capital del Imperio Austro-Húngaro: Hungría. Tras la derrota y muerte de Luis II, Fernando de Austria, hermano menor de Carlos V, fue nombrado emperador. Pero el sultán Solimán no estaba por la labor de aceptar esta designación, y el 27 de septiembre de 1526 se presentó ante las puertas de Hungría con el propósito de ocupar la ciudad. Este es el punto de partida que el guionista Santiaguete (que ya vimos anteriormente en Los sucesos de Mayo) y el dibujante Jon Bor recrean con todo lujo de detalles en el cómic El sitio de Viena, que por méritos propios se mete en el top ten de la editorial Cascaborra.

El comic nos relata la extraordinaria resistencia del ejército de las tropas del imperio español y del Sacro Imperio Romano Germánico al intento de Solimán el Magnífico por ocupar la ciudad. Y lo hace utilizando como vehículo conductor a un don nadie. Un muchacho transformado en soldado de nombre Tallarín, que hará las veces de intérprete del capitán de Ávalos frente al jefe de los mercenarios alemanes, los lansquenetes. El destino sin embargo harán que Tallarín acabe en la primera línea de batalla del intento de conquista de la ciudad y de su heroica defensa.

Un cómic esencial para entender qué es lo que pasa cuando dos grandes monarcas enfrentan sus intereses en el tablero de batalla. Pero que nos ayuda a entender otros muchos aspectos de la época con referencias al alzamiento comunero, el cisma de Lutero, el papel de Carlos V o como defensor de los intereses católicos en Europa, o el enfrentamiento de dos culturas antagónicas como fueron la católica y la musulmana.