El tesoro de los moriscos

El tesoro de los moriscos es un relato que recrea la situación de los moriscos en España, después de la expulsión decretada por el duque de Lerma en 1609. El cómic de Miguel Ángel Guill está ambientado concretamente en la zona de Elda; y de hecho aparecen recreaciones de enclaves y edificios históricos tales como la torre de las Escaletas de Santa Pola; la villa y el palacio de Elda; la iglesia de Santa Ana de Elda, o el acueducto de San Rafael. Todos ellos lugares y edificios perfectamente reconocibles entre sus páginas. Sin duda, este es uno de los puntos fuertes del cómic: la posibilidad de conocer de primera mano hechos locales que muchas veces pasan desapercibidos en el conjunto de la historia de España.

El cómic fue originalmente publicado en el año 2014, editado por el Ayuntamiento de Elda. Pero su tirada fue muy reducida. Ahora tenemos una nueva oportunidad de hacernos con él, gracias a la iniciativa de Cascaborra «Nuevas ediciones»; en la que está previsto publicar material antiguo o descatalogado; de gran interés para los aficionados a los cómics históricos. Como ya vimos anteriormente con División Azul de Fran Jaraba.

El cómic se centra en las figuras de los moriscos y berberiscos. Los primeros, los moriscos, fueron aquellos musulmanes bautizados tras la conversión forzosa propiciada por los Reyes Católicos, en 1502; o bautizados con anterioridad. Antes de convertirse eran mudéjares, musulmanes que practicaban su fe y vivían segregados en morerías. Respecto a los berberiscos, era el nombre que recibían los piratas y comerciantes del norte de África. Una amenaza real para los comerciantes del Mediterráneo.

El cómic de Guill utiliza como hilo conductor una relación de amor entre una cristiana y un morisco. Aunque en realidad se tratan de varias tramas que se van desarrollando de manera paralela y que terminan confluyendo. Un desembarco berberisco en las costas ilicitanas; la historia de amor propiamente dicha; la historia del regreso del morisco, después de su expulsión; y dos corsarios que junto a un morisco cruzan por el corredor de Vinalopó hacia el condado de Elda. Y todo ello en un mundo de señores feudales, tierras vinculadas, mayorazgos y señoríos.

Un cómic lleno de detalles históricos, y que nos permite conocer curiosidades tales como los relatos caballerescos y de aventuras que los capitanes narraban a la tropa analfabeta.

Mención especial el cuidado que el autor presta al vocabulario propio de la época. A través de sus páginas podemos ver términos como atajador (soldado a caballo que hace las veces de vigilancia); batel (embarcación a remo); o portazgo (impuesto fronterizo).

Una oportunidad única para conocer cómo era Elda, sus regiones y sus rincones. Como curiosidad, el cómic está dibujado con pluma y pintado con acuarelas; aplicando el color directo sobre la plancha.