La primera guerra de África que se desarrolló entre 1859 y 1860 se cataloga como una de las más tempranas proyecciones del nacionalismo español de nuestra historia contemporánea. Unos incidentes fronterizos en Ceuta y Melilla en agosto de 1859, no fueron resueltos por la vía diplomática, sino que impulsaron a España a declarar la guerra a Marruecos. Una guerra de conquista, pero también una guerra en búsqueda del prestigio internacional que necesitaba el Gobierno español. Unos hechos que aparecen narrados en el cómic 1860: Castillejos que edita Cascaborra, y que cuenta con guion de Javier Diéguez y dibujo de Carlos Morán. El propio Dieguez redacta también el epílogo, en donde da buena cuenta del proceso creativo del cómic.
Durante mucho tiempo la guerra de África fue motivo de orgullo nacional. En la mente de los españoles quedaron grabados los recuerdos más brillantes de una guerra absurda e innecesaria que apenas cambió el status quo en el continente africano. Una manifestación de fuerza que se podría haber evitado en caso de que España hubiera optado por la vía diplomática. Y es que la paz que sucedió a la guerra no satisfizo a nadie. La conocida como paz chica no alteró las fronteras entre España y Marruecos, apenas contabilizó una exigua indemnización, y desde luego no cubrió las iniciales expectativas.
¿De dónde procedía entonces tanto orgullo nacional por la guerra? Posiblemente la responsabilidad haya que buscarla en el gobierno de la Unión Liberal de O´Donnell, que en búsqueda de una cohesión social necesaria, utilizó la guerra con efecto movilizador y de cohesión en pos de aquella España liberal necesitada de una renovada identidad nacional.
La primera guerra de África
El conflicto en África que vemos en 1860: Castillejos fue utilizado para colocar a España de nuevo en los primeros puestos de orden internacional; y al mismo tiempo lograr la tan ansiada cohesión nacional. ¿Se consiguió? En principio se podría decir que sí. En las primeras páginas del cómic vemos ese recuerdo que pasó de generaciones en generaciones. Pero lo cierto es que fue una cohesión efímera. España arrastraba grandes problemas políticos y sociales; y el gobierno de la Unión Liberal no fue capaz de cambiar de forma definitiva las estructuras políticas, económicas y sociales del país. Y tampoco mejoró sustancialmente las relaciones con Marruecos, como demuestra otros conflictos posteriores que podemos ver, por ejemplo, en Barranco del Loco, también editado por Cascaborra.
Para algunos la guerra era una vieja misión de la fe contra el infiel. Para otros significaba la restauración de España como potencia mundial. Otros lo planteaban como guerra de conquista. Y tampoco faltaron los que hablaban de resarcirse de las ofensas recibidas. Sea como sea, en 1850 España le declaró la guerra a Marruecos, con el protagonismo indiscutible de la figura de Prim; que tiene también un papel principal en el cómic 1860: Castillejos, como no podía ser de otro modo.
1860: Castillejos
Las escenas del cómic están cargadas de patriotismo, con constantes referencias a la bandera nacional, al honor y al sacrificio de los soldados españoles. El dibujo acompaña perfectamente al guion de Javier Diéguez. Y el resultado es más que aceptable. Sin duda, un cómic que rellena un vacío historiográfico. Esperemos que otros autores se aventuren a partir de ahora a ocuparse de este primera guerra de África de la que tan poco se consiguió, pero que se vivió con gran fervor patriótico. Y una vez más, enhorabuena a Cascaborra por la labor que está realizando a favor del desarrollo de la divulgación de la historia de España a través de los cómics.
- 1860: Castillejos
- Javier Diéguez (guion y epílogo); Carlos Morán (dibujo)
- Cascaborra Ediciones
- 2022
- 16,00€
