Laika – La increíble historia de la primera cosmonauta

Laika es la historia del primer animal mandado al espacio. La historia de una perrita soviética que el 3 de noviembre de 1957 fue lanzada al espacio. Todo un hito de la URSS, en su particular carrera espacial con los EEUU en pleno proceso de la Guerra Fría. Una competencia que coexistió en el tiempo con la rivalidad por controlar el armamento nuclear.

Laika
Korolev escoge a Laika entre los tres perros seleccionados para la misión espacial

Laika, la perrita que fue al espacio, fue un logro para el gobierno del soviético Nikita Kruschev; que supo sacarle rédito político, vendiéndolo como una victoria del comunismo frente al capitalismo.

La historia de Laika es mundialmente conocida. Su vida ha sido llevada a multitud de formatos: tiene su particular placa en homenaje a los cosmonautas caídos en misión espacial; tiene monumentos; sellos de correos; golosinas; nombres de grupos musicales; canciones; obras literarias; documentales; películas; y lo que aquí nos ocupa, cómics.

El cómic de Laika

Laika es una novela gráfica basada en unos hechos reales mundialmente conocidos: la historia del primer perro que fue lanzado al espacio. Un hito para la humanidad que supuso un tanto a los EEUU. La historia se narra desde diferentes perspectivas.

  • Por un lado nos cuenta la historia del ingeniero Korolev, purgado en un gulag, y que tuvo que ganarse su libertad y posterior absolución con su esfuerzo y su talento. Es la visión más política.
  • También vemos la perspectiva desde el personaje ficticio de Yelena, la veterinaria jefe. Ahí entra el lado moral y emotivo de la historia. En donde el lector logra empatizar con el sufrimiento del animal y el maltrato al que es sometido en los distintos experimentos.
  • Y por último tenemos la visión del propio perro, con sus sufrimientos y sus desesperanzas. Una perspectiva en la que la propia Laika tiene cualidades humanas, como el miedo, el humor o la tristeza.

Serguéi Korolev

La historia comienza con el camarada Korolev, que acaba de salir de un gulag. Aunque no le han perdonado sus delitos, se le concede un permiso para trabajar como ingeniero en un proyecto. Sin embargo, nadie viene a recogerlo y debe hacer el trayecto a pie y haciendo autostop. Un duro camino que a punto estuvo de acabar con su propia vida, como no lo había hecho el gulag.

El infierno no es de fuego. El infierno es frío. Es un lugar que congela la esperanza hasta matarla.

Posteriormente le vemos dieciocho años después trabajando para el gobierno como ingeniero jefe en un proyecto espacial. Está de celebración, acaba de poner en órbita el primer satélite ruso, el Sputnik I.

Laika

Pero en pleno proceso de carrera espacial, Nikita Kruschev no estaba dispuesto a dejar pasar una oportunidad como esta, y encargó una nueva misión espacial. Era el 40 aniversario de la revolución socialista, y quería celebrarlo con el lanzamiento del primer ser vivo al espacio. Pero en esta ocasión debía llevar tripulación. Y dadas las imposibilidades técnicas de transportar humanos, la misión debía realizarse con un animal. Un perro. Sería el Sputnik II. Y la perra elegida sería Laika.

Los orígenes de Laika

De manera paralela, la historia retrocede tres años para contarnos los primeros años de vida de Laika. Obviamente, el cómic se toma todo tipo de licencias para dotar a la historia de un fuerte componente emocional. La perrita nació en una buena familia que la quería, pero que no podía quedársela. La acabó donando pero su nuevo dueño no la quería. La maltrata, la encierra en cuatros oscuros y la desprecia. Finalmente la arroja al río, pero el destino está de su parte y sobrevive. Sin embargo, acaba abandonada por las calles de Moscú.

Laika se convierte así en una perra callejera hasta que los perreros la acaban capturando. Y casualidades del destino, la perra termina en las oficinas de los ingenieros espaciales, que necesitaban perros para sus experimentos.

Todas las licencias que se toma el cómic en esta parte son justificables, si tenemos en cuenta el cometido del cómic, y el público juvenil al que está destinado.

Adiestramiento y misión espacial

Ahora entra en escena el personaje de Yelena Dubrovsky. Un personaje ficticio que interpreta a la veterinaria jefe encargada del cuidado de los perros; y a la que le recomiendan que no se encariñe con los animales, que su vida es efímera.

Laika

Esta es quizás la parte más intensa del cómic, en donde logras empatizar con los personajes y con los sentimientos del propio animal. Un animal usado con fines propagandísticos. El furor del pueblo ruso ante la hazaña de la perra. Y el desenlace final.

El final es de sobras conocido. Laika sería sacrificada. No había tiempo para preparar el regreso del satélite, por lo que el final de la primera perra del espacio ya estaba decidido. Moriría en el espacio. Su final, aunque obvio, no lo desvelaremos.

Conclusiones sobre la obra

En definitiva, una historia conmovedora y emotiva, no exenta de crítica al maltrato animal, a la falta de ética y escrúpulos en la política. Y por supuesto, una oportunidad brillante para explicar en nuestras clases de historia cómo fue la competencia entre la URSS y los EEUU en la carrera espacial; que les enfrentó desde finales de los años cincuenta, y hasta finales de los setenta. Casi veinte años de carrera espacial, que fue a su vez un enfrentamiento ideológico en donde la propaganda jugó un papel primordial.

Esta novela gráfica fue ganadora en el 2008 de un premio Eisner, a la mejor novela gráfica juvenil. Desde tboenclase animamos a recomendar esta lectura a todos aquellos jóvenes con inquietudes y hábito lector. Una lectura inolvidable, cuya lectura puede ser acompañada de la canción que Mecano le dedicara allá por el año 1988, en su mítico disco Descanso dominical.

  • Laika
  • Nick Abadzis
  • Traducción: Mar Calpena
  • Glenat
  • 2009
  • 19,95€

Deja un comentario