La pitillera húngara

Las brigadas internacionales y su papel en la guerra civil española es un asunto que siempre ha captado la atención del lector que se acerca al conflicto español. El cómic que nos ocupa, La pitillera húngara, de Juanarete (Pepe Buenaventura Durruti) y Juanfer Briones (Alerta Becquer), aborda el asunto de los brigadistas en la guerra, pero lo hace desde una perspectiva ciertamente diferente. Centrándose sobre todo en el paso fronterizo entre Francia y España; algo que ya pudimos ver en el cómic Frontera de Ordesa, también de Juanarete; aunque en este caso el cómic se centraba en la red de evasión que se estableció para ayudar a pasar a aquellos que querían huir del régimen de Franco.

Los brigadistas internacionales fueron unidades militares compuestas por voluntarios extranjeros que se alistaron para combatir el fascismo en España y defender los intereses de la legítima República. Más de cincuenta países colaboraron con efectivos, que se organizaron en distintas brigadas. Se formaron hasta siete brigadas. Fueron las Brigadas XI, XII, XIII, XIV, XV, 129.ª y 150.ª. Y a su vez, cada brigada se dividía en batallones, generalmente tres, a los que se le designaba con nombres políticos. Así tenemos por ejemplo el batallón Garibaldi, el batallón André Marty, o los batallones Lincoln y Washington, a los que se hace referencia en el cómic La pitillera húngara.

El cómic se centra en la figura de dos brigadistas de la XV brigada. Por un lado Paul Evans, del batallón Lincoln, que participó en la defensa de Madrid y en Zaragoza, antes de caer herido en combate y dado por muerto. Y Markus Babinsky, del batallón Dimitrov. Un comunista judío que al finalizar la guerra se enrolará en las filas de la Resistencia Francesa. Finalizada la guerra, Markus Babinsky se verá obligado a volver a España para cumplir una nueva y peligrosa misión: recoger a un brigadista que ha aparecido vivo, aunque con claras lagunas mentales. No recuerda su nombre ni su procedencia. Tampoco recuerda en que batallón luchó, ni por qué tenía la pitillera con el nombre de la pareja de Markus, Alizée Lechance; aunque gracias a esa pitillera podrá salir de España.

El cómic no se centra en la acción de la guerra civil, aunque tenemos constantes referencias a la misma, y al papel que jugaron los brigadistas. La parte más interesante de La pitillera húngara es todo el relato en el que Markus cruza la frontera junto al camarada Sánchez en busca del brigadista Paul Evans. Y luego el viaje de vuelta. Nos muestran la España de frontera. Pasos de alta montaña, ríos, senderos, Andorra, Los Pirineos, la solidaridad entre los camaradas, el miedo, la traición. Todos ellos componentes que aparecen en este cómic, en donde el azar del destino será determinante. Sin duda una lectura muy recomendable que te aporta una nueva perspectiva de la guerra y la posguerra, así como de los mecanismos que se utilizaron para ayudar a los brigadistas a salir de España.