El año 2020 pasará a la historia como el año en el que el mundo se enfrentó al Coronavirus. Un año fatídico, que no ha resultado ajeno al mundo del cómic. A las muertes de Albert Uderzo o Juan Giménez, se une ahora el triste fallecimiento de Quino.
El 30 de septiembre de 2020 falleció Joaquín Salvador Lavado Tejón; más conocido para todos como Quino, a la edad de 88 años. Se trata del humorista gráfico argentino más conocido de todos los tiempos, que ha pasado a la historia por ser el padre de la incombustible Mafalda. Con múltiples premios, condecoraciones y distinciones; y con apariencia de hombre sencillo y afable, Quino es uno de los mejores viñetistas gráficos de la historia.
Quino, un artista comprometido
Un autor comprometido, que le tocó vivir tiempos revueltos. Si bien es cierto que Quino dejó de dibujar Mafalda cuando la sangre empezó a correr por su amada Argentina, allá por 1973; no es menos cierto que pese a la persecución que vivió, siguió utilizando su ingenio al servicio de la sociedad; usando su pluma para la denuncia social. La historia tiene mucho que agradecer a Quino. Los protagonistas de sus viñetas suelen ser gente común de la calle; ciudadanos de a pie. Trabajadores, viandantes y señoras que van a la compra, funcionarios, policías, maestros.
Pero los contenidos de sus viñetas están cargadas de ironía, cinismo e incluso surrealismo. Quino utiliza su estilo cercano para denunciar asuntos de primer orden tales como la lenta e ineficaz burocracia. La barbarie, el drama de la inmigración, la explotación laboral, el maltrato a la cultura, los malos hábitos de la sociedad actual, o la estrechez de miras del ser humano. Como el famoso capítulo en el que Mafalda se siente un bicho raro por no tener televisor en casa. Una verdadera delicia.
Con su trazo simple, Quino logró hacer de su estilo un modelo filosófico reconocible. Más allá de Mafalda, obras como Bien, gracias, ¿y usted? (1976); Quinoterapia (1985); o Gente en su sitio (1991); nos ofrecen espectaculares y maravillosas recopilaciones, que nos muestran en todo su esplendor el ingenio de Quino. La religión, la vejez, los medios de comunicación, la hipocresía o la fragilidad humana son solo algunos de los temas que pasaron por el perspicaz filtro de Quino, a lo largo de su carrera como dibujante.
El humor por bandera
Humorista universal, Quino utiliza el humor como arma contra las injusticias. Un don que muy pocos han sabido explotar como él; y que utilizó para exponer la realidad, sorprender al lector, y remover las conciencias. Pesimismo y diversión se dan la mano en Quino; y sus viñetas se convierten en imperecederas. Treinta años después, las viñetas de Quino siguen siendo de máxima actualidad, al igual que ocurre con otros grandes maestros del género como Forges, Mingote o El Roto. Quino ha muerto, pero su obra permanece viva e inalterable para las nuevas generaciones que se acerquen por primera vez a Mafalda, Felipe, Manolito, o cualquier otra viñeta de Quino. Un artista comprometido con su tiempo, que supo sortear la censura con su ingenio, y que hizo del humor libre su modelo de vida.
¿Mandamos todos los días un padre para que esa maldita oficina nos devuelva esto?
Que nadie espere la carcajada fácil. El humor de Quino es un humor inteligente, que a menudo roza el surrealismo, y que obliga al lector a interpretar la imagen. Un humor agudo e ingenioso que nos obliga a fijarnos en los pequeños detalles y hacernos preguntas. Sus viñetas muchas veces tienen interpretaciones múltiples. De ahí el carácter universal de Quino, que ha conseguido crear viñetas que van madurando y amoldándose a los nuevos tiempos.
Larga vida a Quino
Difícilmente encontraremos una viñeta de Quino desfasada o desubicada. Quino abordó constantemente las relaciones de poder y los problemas generacionales; pero siempre rehuyó de criticar abiertamente las dictaduras, la represión en las cárceles o la violencia política. Y sobre todo, nunca dibujó expresamente sobre la dictadura en Argentina. Un tema no exento de polémica y que en más de una ocasión se le reprochó.
Genio y figura. Humor y arte. Quino siempre estará vivo en el panteón ilustre de los grandes viñetistas de la historia junto a grandes como Charles Schulz (Peanuts), George Herriman (Krazy Kat), Bill Watterson (Calvin y Hobbes), o Jim Davis (Garfield).