Guerrilleros (septiembre de 1810) – 12 del Doce

Guerrilleros, es el número 4 de la colección de doce números que sacó la Diputación de Cádiz para conmemorar el doscientos aniversario de la Guerra de la Independencia. Una colección con una indudable vocación docente que ilustra una de las etapas más interesantes de la historia contemporánea de España. Y el ejemplar que nos ocupa aborda la figura del bandolero.

Argumento de Guerrilleros

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La historia nos muestra a Leandro Fernández de Moraleja, diputado invitado a las Cortes de Cádiz. Las Cortes acababan de ser convocadas, y Leandro trataba de cruzar la Sierra de Cádiz para llegar a la Isla de León a principios de septiembre.

Sin embargo, en medio del camino, apareció Juan «el calvo», un bandolero de poca monta, que le robaría las botas, la mula y el equipaje. Aunque cuando abre la mochila, se da cuenta de que Leandro es un cura. Y como las botas le están pequeñas, decide volver atrás y devolverle lo robado. Parece que su conciencia no le dejaba.

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Referencia del secuestro en Bayona de Fernando VII. Una imagen distorsionada, de una realidad bien diferente.

La abdicación de Fernando VII

A partir de aquí se suceden una serie de conversaciones entre el guerrillero y el diputado. Conversaciones entre ambos en donde repasan el estado de la política española; y que se convierte en la parte más interesante del cómic: la abdicación de Fernando VII en Bayona en favor de Napoleón; el nombramiento de Pepe Botella como rey de España; los conceptos patria y nación; o la conveniencia de Fernando VII como rey de España. Conversaciones entre un idealista y un guerrillero que reniega de la política y de todo patriotismo.

A nosotros no nos pasará eso. No será necesario. Nuestro rey don Fernando es un hombre de bien y de palabra.

Finalmente las tropas francesas alcanzarán a la improvisada pareja, y el destino hará que sus destinos no vuelvan a cruzarse. Un final trágico, aunque esperado. Y una magnífica escena final. Una obra que se lee muy rápido, pero que sin embargo te permite debatir sobre diversos puntos. Y todo ello aderezado con el dibujo del magnífico Sergio Bleda.

Son muchos los elementos que podemos usar en clase extraídos de esta lectura. Aunque nos detendremos especialmente en dos: la proclamación de las Cortes de Cádiz; y el fenómeno de los bandoleros o guerrilleros.

La proclamación de las Cortes de Cádiz

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No parece que el guerrillero se deje influenciar por el don de palabra del cura

El 22 de mayo de 1809 se hizo público en Sevilla el decreto de la convocatoria de Cortes para el año siguiente, y desde ese momento se empezó a hablar y debatir sobre la convocatoria de Cortes y las posibles reformas que se podían llevar a cabo. A principios de 1810 Sevilla caía en manos de los franceses y la reunión para las Cortes se decidió que tuviese lugar en San Fernando a la mayor brevedad posible, instando a que se reunieran los diputados para agosto. Aunque finalmente no tendría lugar dicha reunión hasta el 24 de septiembre de 1810, fecha de apertura de las Cortes. Esta es la prisa que tiene nuestro protagonista por llegar hasta la Isla de León. En Cádiz soplan vientos de cambio y nuestro diputado no quiere dejar pasar la oportunidad histórica.

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Los bandoleros o guerrilleros

La figura del bandolero, que posteriormente fue ensalzada por el romanticismo, supuso todo un quebradero de cabeza para los que se aventuraban a cruzar España por tierra. Estos guerrilleros eran en su mayoría fugitivos de la justicia que se habían echado al monte en busca de un método de vida que les cubriera sus necesidades básicas. Un método que pasaba necesariamente por el robo. Cualquier viajero podía encontrarse con un bandolero y convertirse en víctima.

12 del doce

Existe una visión romántica del fenómeno del bandolero, que en el contexto de la guerra de la independencia se convirtieron en guerrilleros patriotas que lucharon por defender su pueblo del enemigo francés. Una imagen idílica, pero que la mayoría de estudios serios destierran hoy día. La mayor parte de estos guerrilleros, si atacaban a los franceses, no lo hacían tanto por un sentimiento patriótico, sino porque los ejércitos franceses tenían los botines más suculentos. Y en cualquier caso, no faltaron víctimas propiamente españolas.

12 del doce

 

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