Entre el 30 de junio de 1898 y el 2 de junio del siguiente año, 53 soldados españoles y 3 franciscanos resistieron heroicamente un asedio en el municipio de Baler, en Filipinas. Este es el relato de cómo resistieron estando prácticamente incomunicados durante 337 días; combatiendo al enemigo, y luchando cada día contra las dudas, el miedo y la incertidumbre. Este es el cómic de los últimos de Filipinas; editado por Cascaborra Ediciones, y que traemos a TBO en clase.
El fin del imperio español
Al mismo tiempo que tuvo lugar la insurrección en la isla de Cuba, en Filipinas estalló un movimiento revolucionario encabezado por el líder José Rizal, que fue duramente reprimido; y su líder ejectuado. Y lo mismo pasó con el movimiento independentista Katipunan igualmente disuelto; cuyo fundador fue Andrés Bonifacio. Sin embargo, al igual que pasaría en Cuba, todo cambió en el momento en el que los EEUU se involucraron en el conflicto.
En 1898 EEUU declaró la guerra a España en Cuba con el pretexto del hundimiento de Maine en el puerto de la Habana un 15 de febrero de 1898. Y apenas dos meses después, el 18 de abril, los estadounidenses intervenían también en Filipinas. El 1 de mayo, la batalla en el puerto de Cavite supuso la total destrucción de la flota española, y España pidió negociar la paz. En diciembre de ese año, Filipinas ya había dejado de ser española. El tan cacareado imperio español de los Austrias había llegado a su fin. Aunque lo cierto es que todavía le quedaban sus posesiones africanas.
La guerra de Filipinas
Baler es un municipio de Filipinas que a finales del siglo XIX apenas sobrepasaba los 1700 habitantes, y que fue testigo de uno de los episodios más memorables llevados a cabo por el ejército español.
El 1 de julio de 1898 se inició un sitio en Baler que iba a durar 337 días y que sobrepasaría a la propia guerra. El cómic Los últimos de Filipinas narra precisamente estos hechos. Pero, ¿por qué decimos que estamos ante uno de los hechos más memorables del ejército español en el siglo XIX? Pues porque en diciembre de 1898 EEUU y España firmaban el Tratado de París por el que Cuba era declarada independiente y Filipinas traspasada a los EEUU, así como Guam y Puerto Rico. Y el sitio en Baler se extendió en vano durante seis largos meses, incomunicados, faltos de agua y alimentos en buen estado, insalubres y luchando contra la desconfianza.
Baler quedó incomunicada por tierra, por lo que no llegó la noticia de la destrucción de la flota española en Cavite ni del cerco de Manila. La guarnición española se había atrincherado en la iglesia y se había hecho fuerte. Y allí fue capaz de resistir a los envites de los rebeldes durante casi un año. El campanario se convirtió en un improvisado puesto de observación, y desde allí resistieron con todo lo que tenían; que no era mucho. Los soldados españoles desconfiaron de todas las noticias que le llegaron y se negaron a pensar que la guerra ya había terminado.
Los últimos de Filipinas
En los últimos de Filipinas se narran con suma claridad los hechos que hemos relatado, insistiendo en la desconfianza que el teniente Saturnino Martín Cerezo tuvo hacia todas las noticias que le llegaron con el fin de la guerra. Se muestra una panorámica muy realista del fuerte en el que resistieron, de las condiciones de insalubridad, y de todas las dudas que pudieron surgir en el grupo. En menos de 60 páginas, Fernando Llor y Raúl Orte logran transmitir la duda y el miedo que tuvieron que sentir los últimos de Filipinas. Un cómic con un claro enfoque divulgador, que nos recuerda mucho a otras obras de similar enfoque como la batalla de Rocroi.
Sin duda, una obra a tener en cuenta para el desarrollo de nuestras clases de historia, que nos ofrece una ventana desde la que conocer el desenlace de una parte de nuestra historia que por desgracia hoy día ha caído en el olvido.
- Los últimos de Filipinas
- Fernando Llor (guión), José Raul Orte (dibujo), Jorge Martínez (color)
- Miguel Ángel López de la Asunción (artículo)
- Cascaborra Ediciones
- 2020
- 16,00€
