La editorial Planeta publica Éramos el enemigo. Una obra de George Takei, actor, director y activista estadounidense; famoso por su papel en la célebre serie de Star Trek interpretando al piloto de la USS Enterprise, Hikaru Sulu. George Takei es también un famoso activista de los derechos de los homosexuales en Norteamérica; y ha recibido varios premios y reconocimientos por su labor humanitaria. Sin embargo, su infancia es menos conocida. Al menos hasta ahora. En Éramos el enemigo podemos ver los sacrificios que George Takei y su familia tuvieron que hacer durante el desarrollo de la segunda guerra mundial, cuando fueron acusados de enemigos del pueblo norteamericano. Un cómic necesario que nos muestra una realidad poco conocida. Porque más allá de bombas atómicas, kamikazes y culto al emperador, la historia de Japón durante la segunda guerra mundial fue muy compleja.
La reclusión del pueblo japonés
El 7 de diciembre de 1941, un ataque a Pearl Harbour por parte de tropas japonesas, supuso el inicio de la guerra del Pacífico, y que los EEUU declarasen la guerra a Japón. Ese mismo día, el presidente de los EEUU, Roosevelt, declaró que todo ciudadano adulto japonés que se encontrara en suelo americano se consideraría enemigo de los EEUU. En adelante, quedarían bajo unas regulaciones muy estrictas. Esta declaración iba dirigida exclusivamente hacia el pueblo de origen japonés residente en los EEUU. Más de cien mil personas que no habían sido acusados de nada quedaron bajo el amparo de la orden ejecutiva 9066.
La orden autorizaba a los militares a declarar zonas de exclusión en donde quedaría recluido el pueblo japonés. En apenas diez días, toda la costa oeste de los Estados Unidos de América fue declarada zona militar, y se improvisaron campos de concentración que rápidamente se llenaron con todas las personas de ascendencia japonesa. Primero fueron meses de reclusión domiciliaria y restricciones sociales. Y en poco tiempo, trenes de todos los rincones de los EEUU se llenaron con los japoneses americanos, que se vieron obligados a dejar atrás sus casas, negocios y enseres personales. Toda una vida quedó atrás, y en la primavera de 1942 el pueblo japonés residente en los EEUU, en su condición de enemigo del pueblo americano, fue privado de casi todos sus derechos, y recluidos en barracones improvisados.
George Takei y Éramos el enemigo
En Éramos el enemigo George Takei nos relata su periplo familiar por los campos de reubicación de Rohwer y Tule Lake. Y como su madre se afanó para que se alterase lo menos posible el bienestar de su familia. Al estilo de La vida es Bella de Roberto Benigni, George Takei y su hermano pequeño vivieron una aventura y fueron capaces de llenar de recuerdos agradables su estancia en ambos campamentos; pese a las condiciones lamentables en las que fueron trasladados, las escasas comodidades con que contaban, y la frialdad con la que fueron tratados.
Anécdotas como las bromas que gastaban a los soldados, la navidad que pasaron en el campamento esperando a Santa Claus, o las amistades que forjaron, contrastan con las alambradas, los malos olores, el frio o el rancho. Nada que ver, sin embargo, con las condiciones de los campos de concentración que se encontraban miles de kilómetros allá en la vieja Europa, como Auschwitz o Mauthausen.
Éramos el enemigo, un relato necesario, pero incompleto
El cómic no termina sin embargo aquí, sino que relata el periplo personal y familiar del propio protagonista una vez finalizada la guerra; y hasta que en el año 1991 el protagonista recibió una carta de disculpa y un cheque de veinte mil dólares firmado por el presidente H. W. Bush. Esta parte del cómic, sin duda, carece de la intensidad de la primera parte; e incluso acusa de un excesivo patriotismo norteamericano, ensalzando los valores de democracia americana. Se olvida el cómic de los campos de detención que tiene abierto hoy día los EEUU en Guantánamo o Afganistán.
En cualquier caso, sigue siendo una oportunidad única para saber más de la realidad de unos campos poco conocidos; en donde encerraron a miles de inocentes durante la segunda guerra mundial. Todo ello en un país supuestamente garante de los derechos humanos.
- Éramos el enemigo (They called us enemy: expanded edition)
- George Takei, Justin Eisinger y Steven Scott (guion) y Harmony Becker (dibujo)
- Traducción: V.M. García de Isusi
- Planeta Cómic
- 2021
- 25,00€
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