La editorial Ponent Mon nos presenta un retrato costumbrista de cómo debió ser la masacre de Guernica. Una obra reveladora, que nos ofrece luz sobre unos hechos, que jamás deben olvidarse. Porque tirando de estereotipos, «quien olvida su historia está condenado a repetirla».
No es desde luego la primera vez que hacemos referencia a estos hechos. No hace mucho vimos como Lobezno luchó contra la aviación alemana. Y en breve veremos otras novelas gráficas con la misma temática. Pero la que aquí nos ocupa puede valorarse como una de las más importantes que ha abordado el bombardeo de las tropas alemanas e italiana.
Se trata de una obra que podemos dividirla en tres partes bien diferenciadas. En la primera parte los protagonistas son Picasso y el propio pueblo de Guernica. En la segunda, el enfoque se pone sobre el propio bombardeo al que es sometido el municipio. Y en la tercera y más breve de las partes, vemos una representación de cómo debió ser el proceso de creación de una de las mayores obras de pintura de todo el siglo XX: el Guernica.
Pablo Picasso
La obra comienza con una comisión de intelectuales que están decidiendo sobre la representación de España en la próxima Exposición Internacional de París en 1937. En la comisión están el jefe del gobierno Largo Caballero; el propio arquitecto del pabellón español, Josep Luis Sert; el poeta Louis Aragón; y el dramaturgo y amigo personal de Picasso, Max Aub. Y allí deciden que sea Pablo Picasso el encargado de dibujar un fresco en el panel central del pabellón español.
A partir de aquí se aprecian dos caminos diferentes. Por un lado se nos narran algunos aspectos biográficos del pintor Pablo Picasso. Vemos a Picasso con una de sus amantes, Marie-Thérèse Walter y su hija Maya. Y posteriormente se nos muestra en su estudio de París con otra de sus grandes mujeres, Dora Maar. Vemos parte de su personalidad atormentada, propia de uno de los mayores pintores de la historia. Su rechazo y animadversión hacia el fascismo que asomaba por Europa. Sus vinculaciones políticas; no podemos olvidar que Picasso fue miembro del Partido Comunista de España y de Francia. Y su mirada desde la lejanía a la guerra civil española. En esta parte de la obra también se retrata la frustrante búsqueda de la inspiración; y el rechazo de Pablo a convertirse en un autor que pinte por encargo.
Para crear he de sentirme libre de cualquier imposición. (…) Mi inspiración está estrechamente ligada a mi libertad.
La vida en Guernica
De manera paralela, en la obra nos muestra escenas costumbristas del municipio de Guernica; en la provincia de Vizcaya, (País Vasco). Pero para ello es primordial conocer su ubicación geográfica. Guernica es un lugar enclavado en medio de un entorno natural de valles, ríos y montes. Esto hace que históricamente buena parte de sus habitantes hayan encontrado en el propio medio rural el método de supervivencia; dedicándose a labores agrícolas, ganaderas o comerciales. Este ambiente bucólico lo vemos también en las primeras páginas del cómic, cuando una familia ganadera se acerca hasta el mercado de Guernica para tratar de vender su yegua.
El pueblo se encuentra en plena ebullición. No es para menos, puesto que los Gudaris, soldados vascos que defendían la república española, estaban pasando por el pueblo de camino a Bilbao. Tenemos que tener presente en este punto, que mientras Álava y Navarra habían caído desde el primer momento en manos de las tropas sublevadas; Vizcaya y Guipúzcoa permanecían leales al gobierno republicano. Y el objetivo era claramente la toma de Bilbao, como vimos en La caída del cinturón de hierro.
En esta parte del cómic, también resulta realmente interesante la gran cantidad de carteles antifascistas que aparecen colgados por las calles de Guernica. Algunos de ellos, fácilmente identificables. ¡Probad a buscarlos!
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El bombardeo de Guernica
Pero al margen de lo que le venía encima al pueblo de Guernica, sus habitantes seguían sus vidas. Los comercios; las esposas cuyos maridos no regresan de la guerra; las madres que lloran a sus hijos; relaciones que se rompen, y relaciones que comienzan. Llama la atención la enorme capacidad de transmitir de sus autores, que logran que el lector empatice con muchas de las historias que nos cuentan. También se ve la actividad de la fábrica de armas de Guernica. Como curiosidad, en el cómic se nos muestra como la fábrica logró resistir en pie a los bombardeos, prácticamente intacta. Casualidad o no, tras la ocupación de Guernica, dicha fábrica pasó a producir munición y armamento para las tropas sublevadas.
La segunda parte del cómic nos deja imágenes imborrables. Páginas llenas de expresividad y terror. Vemos en un primer momento la preparación y despegue de la legión Cóndor alemana desde su base de Burgos; y los bombarderos italianos Savoia-79 desde la base de Soria. Ambos cargados con bombas incendiarias. El objetivo: atacar y neutralizar Guernica.
Un ataque perpetrado el 26 de abril de 1937. Aquí se suceden imágenes impresionantes de ataques a edificios emblemáticos como la iglesia de San Juan Ibarra o el derribo del puente de Guernica. Y así hasta tres oleadas de bombardeos. Más de 5.500 bombas que dejaron tras de sí un reguero de sangre de más de 1.000 muertos y casi otros tantos heridos.
Y entre las consecuencias, muchas de las historias que se narran en el cómic se ven truncadas.
El Guernica
Consumada la tragedia, y pocos días después, Pablo Picasso presencia en un cine parisimo imágenes grabadas de la masacre de Guernica. Ya tiene su inspiración. Todo lo demás es el resultado de su mente creadora; y como espectadora, Dora Maar, retratando para la posteridad el proceso de creación de la más grande las obras antifascistas. Una obra simbólica y representativa del «la esencia española», pero que pasó desapercibida de la Exposición Universal de París.
La obra termina con una comparativa entre el resultado final del Guernica, y una de las fotos que tomó Dora Maar durante el proceso de creación. Dos instantáneas que reflejan que pese al caos aparente, el Guernica es una obra redonda, que salió de una de las mentes más creativas que han pasado por este país.
Valoración final y utilidad didáctica
Guernica es una obra indispensable para todos los amantes de los cómics de la guerra civil española. Un cómic que se lee en un rato y que te permite tener una visión de conjunto bastante completa; tanto del conflicto como del proceso de creación del cuadro. Aunque no faltan autores que alimentan otras teorías también interesantes sobre la inspiración y el simbolismo del propio cuadro.
Desde el punto de vista didáctico hay un aspecto que resulta muy interesante: la memoria histórica. Alejándonos de cualquier debate político, trabajar la memoria histórica, en su concepto básico, debería ser una de las obligaciones de todo docente de historia. ¿Es necesario repetir el tópico con el que abrimos esta reseña? Hoy día los conocimientos de historia de España de nuestro alumnado ha llegado a tal punto que nadie se lleva las manos a la cabeza si no reconocen hechos clave como el 23F, la guerra civil o el franquismo. Por ello, debería ser una obligación de las escuelas dotar al alumnado de esos conocimientos. Sin que ello implique adoctrinar. El conocimiento os hará libres. Y la falta del mismo nos está llevando a un futuro incierto. ¿Y qué mejor manera de acercar al alumnado a hechos como el bombardeo de Guernica que a través de un cómic?
- Guernica
- Bruno y Corentin Loth
- Traducción: Fabián Rodríguez Piastri
- Ponent Mon
- 2019
- 24,00€