Autores occidentales como El Bosco, Murillo, Picasso, Warhol o Monet son ampliamente conocidos y estudiados, frente a los artistas orientales, mucho menos conocidos. Y sin embargo, algunas de sus obras son universales. Es es al caso, por ejemplo, de la Ola de Kanagawa, del maestro japonés Hokusai.
Katsushika Hokusai (1760-1849), más conocido como Hokusai, fue un pintor japonés de la escuela Ukiyo-e; un estilo consistente en realizar grabados sobre madera, y que alcanzó su mayor esplendor entre los siglos XVII y XIX. Muchos consideran a Hokusai como uno de los primeros precedentes del manga por su obra Hokusai Manga; aunque lo cierto es que dicha obra es una colección con varios miles de dibujos, pero sin ningún tipo de hilo conductor; por lo que difícilmente podemos extrapolarlo como un precedente directo del manga.
Hokusai tuvo numerosos nombres; se mudó unas noventa veces; vivió en casi todas las regiones de Japón; y cuando murió a punto de cumplir los 90 años de edad, había tocado prácticamente todos los estilos pictóricos de su época. Pero Hokusai fue sobre todo una persona insatisfecha. Siempre buscó la innovación y la creación de nuevas técnicas y estilos. Dejó un legado ingente de obras repartidas por todo Japón; y sus obras pronto salieron al extranjero.
Biografía de Hokusai
Sin embargo, más allá de su excelente reputación en la corte y entre los amantes de su arte, Hokusai nunca llevó una vida holgada. La venta de sus obras apenas le dio para llevar una vida humilde, con las mínimas comodidades. E incluso en algunos momentos de su vida pasó penurias económicas y estuvo acosado por las deudas por culpa de su conflictivo sobrino. Un artista enérgico e incansable que siempre antepuso la creación artística a cualquier otra prioridad, ya fuera familiar o personal. La creación por encima de todo. Y que cuando murió siguió manifestando la misma insatisfacción y las mismas ganas de crear algo nuevo; algo diferente.
El manga que estamos reseñando es una biografía con ciertas licencias por parte del autor, Shotaro Ishinomori, que no duda en fantasear sobre determinados aspectos poco claros de su vida. Pero en líneas generales es un retrato muy fidedigno que nos acerca a la naturaleza de un autor completamente desconocido para el público occidental, pese a que algunas de sus obras se han convertido en iconos de fama mundial, como la Ola de Kanagawa, las Treinta y seis vistas del monte Fuji, o Sueño de la mujer del pescador; perteneciente esta última al estilo shunga, que representaba principalmente escenas de sexo.
Hokusai, una vida de insatisfacción creativa
El hilo argumental de la obra es precisamente la insatisfacción que siempre estuvo presente en Hokusai; y en cómo a lo largo de sus años cambió de nombre para demostrarse a sí mismo que podía ser reconocido por su propio estilo, y no por la escuela a la que perteneciese. A lo largo de sus casi 600 páginas vemos referencias constantes a distintos momentos creativos del autor; y a la lucha interna entre el artista y su propia creación. Muy interesante en este sentido el pasaje que recoge el momento creativo que le lleva a crear Treinta y seis vistas del monte Fuji entre 1831 y 1833.
Por muy bello que sea un paisaje, nunca será bello si no pasa por el tamiz de los ojos humanos. A ojos de los hombres, la gran naturaleza para invariable en contraste con el entorno en el que vivimos. Pero en realidad si va variando gradualmente, poco a poco, como nuestro entorno, y eso es lo que dibujo yo.
Una obra entusiasta, que logra de manera exitosa transmitir la vitalidad de un autor para muchos desconocido; y que nos muestra igualmente los vestigios históricos de un periodo que entraba en una lenta agonía: el fin del shogunato tokugawa. En este sentido se nos ofrecen una gran cantidad de datos de enorme relevancia histórica: la influencia del contacto con occidente; los médicos holandeses interesados en el arte japonés; las obligaciones de vasallaje propias del régimen shogunal; la jerarquización de la sociedad tokugawa; el papel de la mujer; las casas tradicionales japonesas; la extensión de las líneas de comunicación como la «tokaido» que unía Kyoto y Edo; o los ambientes de ocio y lujuria. Muy interesante en este sentido el capítulo en el invitan a Hokusai a acudir al castillo del shogun.
Shotaro Ishinomori
Respecto al autor, Shotaro Ishinomori (1938-1998) es bastante desconocido en España. Discípulo de Osamu Tesuka, aborda numerosos temas en su extensa carrera: ciencia ficción, histórico, aventuras, drama e incluso fantasía. Su estilo de dibujo nos recuerda mucho al mejor Tezuka. Esperamos que con el tiempo podamos tener la suerte de leer en español más obras suyas.
Echad un vistazo a esta web para poder ver y disfrutar algunas de las obras del maestro Hokusai.
- Hokusai
- Shotaro Ishinomori
- Traducción: Marc Bernabé, Daruma
- Panini
- 2019 (1ª edición, 1987)
- 22,00€